domingo, 8 de enero de 2017

BACARES: “El cura Amaro fue enterrado en la puerta del cementerio”

OLULA del RÍO
Comarca
BACARES:
“El cura Amaro fue enterrado en la puerta del cementerio”
PREVIO:
Celibato católico: En la Iglesia Católica es la renuncia al matrimonio por parte de los varones que reciban el Sacramento Sacerdotal. Fue en el Concilio de Trento, año 1.563, cuando se decretó (1 Cor 10,13) en términos fuertes la exclusión de la capacidad de casarse después de recibir el Sacramento de “Orden Sacerdotal”.
El Código de Derecho Canónico de 1.917 se expresa en parecidos términos.
En 1.983 se hacen las observaciones críticas sobre el celibato. El 8 de Diciembre de 2.015 tras una revisión de dicho Decreto se mantiene vigente la normativa al día de hoy.
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La historia del cura Amaro fue la comidilla del pueblo durante décadas.
Ese cura tuvo una relación con una chica de Bacares de apellido Villalpando que le ayudaba en las misas y demás celebraciones religiosas.
El cura pidió que a su muerte se le enterrase en la puerta del cementerio para que todo aquel que entrase lo pisara, y así purgar el pecado cometido. Y según consta, allí sigue enterrado el cadáver del cura Amaro.
En 1.972, Margarita Martínez Villalpando recogió el testimonio de tres vecinos del lugar: El tío Juan, el tío Perico “sin dientes” y Antonio “El Cubano”. Este fue su testimonio:
“El cura “Amaro” vino al pueblo desde Almería para las “Fiestas del Santo Cristo” y se volvió loco por una niña del pueblo, de apellido Villalpando, familia del tío Rafael Villalpando alias “El Bombo”. Decían que ella era muy guapa. Pelo negro, ojos negros y labios carnosos. Todo el pueblo sabía que se veían con frecuencia en la “Casa del Obispo” y en el “Cortijo de Las Morcillas”. El cura dejó escrito que cuando muriese lo enterraran en la puerta del cementerio de Bacares para que todo el mundo que entrase lo pisara y así librarse de su pecado”
María Villalpando Zaguirre, pariente lejana también contó lo que recordaba del caso:
“Nuestra parienta era muy guapa y muy lista. Todos los hombres del pueblo estaban enamorados de ella y las mujeres le tenían envidia y celos. Pero mira por donde viene un cura joven y guapo a las fiestas y se enamora de ella locamente.
Ese año a él lo vieron muchas veces llegar al “Cortijuelo” montado en una mula. Por la noche se acercaba al pueblo a buscar a su amada y se iban juntos por ahí. Ella murió muy joven. Él volvió al pueblo y pidió perdón por su pecado y dejo escrito que lo enterrasen a las puertas del cementerio para que lo pisaran todas las personas que entrasen y así cumplir su penitencia”
Se cumplió su voluntad y fue enterrado donde él quería. Inscribieron sus iniciales sobre la sepultura pero alguien las borró no queriendo que quedase recuerdo alguno de aquella historia.
Juan Sánchez-ENERO-2.017

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